¿Hasta dónde se puede llegar por un poco de fama? Los sueños de fama pueden conducir fácilmente al exhibicionismo, sobre todo cuando una modelo aficionada se encuentra atrapada en las redes de un fotógrafo muy voyeur y manipulador. A este fotógrafo gay le gusta cruzar la línea y conseguir que sus modelos den más de sí ante su objetivo. Y los resultados son a menudo sorprendentes. He aquí la prueba con dos modelos de estilos diferentes. El primero, un treintañero sexy y dominante, acaba masturbándose delante del artista y salpicándole la cara con su semen caliente. La segunda es una gatita que se deja tomar por la mano y penetrar con un consolador como una perra. ¡Qué placeres!