Ángel se está preparando para el trabajo. Su novio, que se está duchando, quiere darle un último beso antes de irse. Pero, bromista como es, lo arrastra bajo el agua. Se frota contra él y lo besa. Eso es todo lo que se necesita para convencerlo de que se quede. Como de todas formas llegará tarde a cambiarse, Ángel no se resiste y le deja. Lou se quita la camiseta y se pone de rodillas para bombearlo. Ángel, a su vez, bombea el eje de su hombre. Rápidamente se ponen manos a la obra: Ángel se da la vuelta y acoge la polla tiesa de su chico dentro de él. Se levanta y se deja follar en el plato de ducha y se toca contra él. Lou no perdona su culito y le gusta.... Entonces, Ángel se pone a cuatro patas y, sorpresa, no es su polla la que Lou empuja, sino su puño y Ángel da una patada. Para multiplicar por diez el placer de su compañero, Lou le lame desde el fondo del lomo hasta el cuello. Luego le da un pequeño respiro comiéndole el culo y vuelve a meter el puño como si fuera mantequilla en el agujero de Ángel, ahora bien dilatado. Después de recibirla en el culo, Ángel cree que le toca dar una fiesta a Lou. Se la folla de pie, agarrando sus caderas poderosamente para darle cada centímetro de su hermosa y rígida polla. Es bueno ser versátil cuando se tiene una relación. ¿Multiplica las posibilidades? Los dos chicos terminan chupándose un poco el uno al otro. Angel es el primero en correrse, escupiendo varios chorros de semen sobre su vientre, luego Lou eyacula sobre el pecho de su hombre, cuidando de esparcir su semen caliente con su glande aún sensible. Al final, Ángel llega muy, muy tarde, pero habrá merecido la pena?