Un verano en un suburbio de París puede ser bastante aburrido. Nada como un crucero en una fábrica en desuso para animar las cosas. Sigue a Brice Farmer a la caza de un pedazo de culo. Se topa con el pequeño Leo, caliente y listo, ¡muriéndose por que se lo follen allí mismo sobre la grava!